El yoga es una actividad que consigue unir el control postural y respiratorio, mejorando la flexibilidad, concentración y gestión emocional de la persona que lo realiza.
Si nos centramos en el embarazo, el yoga prenatal aplica los principios del yoga tradicional a las mujeres que necesitan un espacio donde estar tranquilas y una conexión con su cuerpo y mente.
Durante el embarazo ocurren muchos cambios tanto a nivel físico como emocional y hacer yoga puede dar soluciones para afrontarlos de la mejor forma posible.
¿Cuándo se puede hacer yoga en el embarazo?
Debemos saber que se recomienda practicar yoga en cualquier momento de la vida, es decir, desde niños hasta ancianos.
Por ello, se puede realizar yoga prenatal desde el primer día, aunque las recomendaciones son comenzar a partir del tercer mes. Esto es porque a partir de ese mes se asegura la implantación del embrión y, además, porque el estado físico de las embarazadas es mejor a partir del segundo trimestre. Desde ese momento, se puede practicar yoga hasta la terminación del embarazo, siempre que no haya ningún problema o complicación y se pueda físicamente.
Ventajas del yoga prenatal
- El yoga prenatal favorece un lugar para compartir con otras mujeres embarazadas. Al realizar sesiones en grupo, pueden compartirse dudas y experiencias sobre el embarazo, de forma que todas las componentes del grupo se van a sentir más acompañadas y comprendidas en el proceso de gestación.
- Ejercicio físico y mental: En el proceso del embarazo suelen aparecer niveles de ansiedad elevados y mucho cansancio, para lo cual el yoga ayuda a las mujeres embarazadas a encontrar los momentos de calma que necesitan durante la realización de los ejercicios y, además, activar el cuerpo completo.
- Favorece el control respiratorio. En las posturas de yoga, se ejerce el control de la propia respiración, algo que fomenta la disminución del nivel de ansiedad.
- Estimula la liberación muscular. El aumento de peso en el embarazo puede influir en los movimientos que se realizan, consiguiendo que parezca que cada vez cuesta más realizarlos. El yoga prenatal supone la liberación y relajación muscular, haciendo que se activen las zonas que suelen estar en elevada tensión.
- Interviene en la integración del peso extra del embarazo con posturas equilibradas. Al realizar yoga durante todo el proceso de gestación, se adaptan las posturas al peso del bebé conforme va creciendo.
- Fomenta la gestión emocional. Al realizar este tipo de ejercicios, la persona se centra en el momento en el que se encuentra, de forma que se consigue gestionar y comprender mejor los estados de ánimo, sentimientos y emociones que van apareciendo.
- Conexión profunda con el bebé. Durante la práctica de yoga se concentra toda la atención en el propio cuerpo, en la respiración y en los sentimientos que aparecen. El bebé y la madre entran en una fuerte conexión a través del cuerpo.
- Aumento de la flexibilidad. Es algo que cuando más se nota es en el parto, debido a que los tendones, músculos y articulaciones trabajan a favor de la mujer al haberlos ejercitado durante todo el proceso del embarazo.
Por último…
Hay que recordar que lo mejor es realizar yoga prenatal con un monitor especializado, para así asegurar que se está en buenas manos y la realización del ejercicio va a ser la correcta. Asimismo, acudir a clases grupales de yoga prenatal fomenta las relaciones sociales con otras mujeres embarazadas y permite que se cambie de ambiente por un momento y obliga a salir de casa para hacer algo beneficioso para el embarazo.