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La relajación, desarrollada conscientemente y dirigida, en Yoga favorece la restauración del equilibrio energético de nuestro cuerpo, relajando y soltando contracturas y tensiones.

Se necesita aprender a administrar la energía que genera nuestro cuerpo, gastada de forma inútil casi siempre, para poder normalizar y estabilizar las funciones del cuerpo. Utilizamos más energía para tener nuestro músculos preparados siempre para las acciones que para la acción en sí misma.

En la relajación casi no se gasta energía vital (prana). Algunos de los beneficios de la relajación son la reducción de la ansiedad y de la presión arterial; el equilibrio de la función respiratoria y cardiaca; el aumento de la circulación sanguínea y la mejora de la calidad del sueño; el incremento de la temperatura cutánea; el aumento de la velocidad de los reflejos, de la memoria y de la concentración; y el aumento de la resistencia ante las enfermedades y de la oxigenación del cerebro.

El hábito de realizar la relajación de manera frecuente y constante, favorece el aumento de la creatividad y de la capacidad de aprendizaje, además de la mejora del nivel de conciencia, de la visualización interna dirigida y de la capacidad del cuerpo a curarse.

 

Relajación en Savasana

En Yoga, la principal asana de relajación es Savasana. Si queremos conseguir los beneficios que ofrece, hay que seguir estos pasos:

Nos tumbamos en el suelo con las piernas separadas 40 cm aproximadamente y dejando caer los dedos de los pies a los lados. Dejamos los brazos sueltos a los lados del cuerpo y separados, con las palmas mirando hacia arriba y los dedos un poco flexionados.

Empezamos realizando respiraciones lentas y profundas, pero sin forzar nuestros pulmones. Después, la respiración es lenta, diafragmática y rítmica. Se favorece la postura de “soltar”, en cada exhalación hay que aflojar, soltar y relajar las tensiones tanto físicas como emocionales.

Es muy importante la parte de “soltar”, ya que nos posibilita profundizar en la relajación general y en la comodidad psíquica hasta que parezca que nuestro cuerpo está dormido y nuestra mente está observándolo.

La relajación se genera por autosugestión. Al principio, empieza la relajación física desde los dedos de los pies hacia arriba y la autosugestión pasa por todos los músculos, llegando a los ojos y los oídos, centrando la concienca en diferentes partes del cuerpo de forma progresiva, relajando cada zona con la exhalación y la postura mental adecuada de “soltar”.

Tras ésto, se recorre nuestro cuerpo desde los pies, piernas, caderas, abdomen, pecho, manos, brazos, cuello y, finalmente, cabeza. Se hacen las respiraciones necesarias para cada zona de nuestro cuerpo. Al hacer el recorrido completo, volvemos la atención a la respiración que ahora, en vez de controlarla, la observamos naturalmente.

Relajarse sin esfuerzo

Una de las cosas más importantes es que siempre debe existir una atención consciente del proceso completo de relajación, además de los estados mentales. De esta forma se favorece la introducción a la conciencia de la energía que se suelta de forma progresiva, realizando la expansión de esta energía y de las posibilidades que tiene.

Es importante ser totalmente conscientes de lo que está ocurriendo con nuestro cuerpo y nuestra mente en el momento. Se trata de un estado sin esfuerzo. No se tiene que forzar la atención, sino que debe fluir sola por nuestra conciencia, del aire hacia dentro y fuera, de los pensamientos a la conciencia y después a la inconciencia.

Cuando se quiere salir de la relajación, hay que elevar la profundidad de cada respiración, de forma pausada y moviendo poco a poco y de forma suave los músculos de nuestro cuerpo, hasta levantarnos.

 

Otros tipos de relajación

Las técnicas de relajación en Yoga no se diferencian del entrenamiento autógeno (método Schultz), el cual es el método de relajación que más se utiliza en Europa y es también el método que ha generado más trabajos psicológicos y fisiológicos. Esta relajación se basa en tener una conversación con nuestro cuerpo.

Se empieza diciendo en nuestra mente “mi brazo izquierdo está caliente y pesa”. Cada una de las partes de nuestro cuerpo está caliente y pesa, siguiendo este orden: manos-brazos, pies-piernas, tórax, bajo vientre, hombros, cuello, rostro, boca y ojos.

Cuando llegamos a la zona de la frente cambiamos de frase y decimos “mi frente está grátamente frsca”, debido a que una vasoconstricción cefálica nos genera una sensación de frescor muy satisfactoria en la zona de la frente.

Dos zonas muy importantes son las manos y los ojos. Son dos zonas que expresan nuestros estados de ánimo más que el resto de nuestro cuerpo. Con ellos se habla de nuestros sentimientos y emociones. Por ello, estas partes necesitan que se les preste más atención a la hora de relajarlas porque se contraen de forma protectora ante el miedo, la excitación y la ira.

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