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El Yoga es una actividad que aporta muchos beneficios a los niños, además de una gran satisfacción. Les proporciona fuerza, movilidad y elasticidad. Asimismo, los juegos de Yoga estimulan la calma emocional, coordinación, conciencia, flexibilidad y seguridad en sí mismo.

Introducir el Yoga en al vida de los niños les permite concentrarse mejor en su respiración, estirarse o relajarse, ayudándoles a sentirse más tranquilos y revitalizados.

Posturas de Yoga recomendadas

Saludo al Sol: Es una de las primeras posturas que se realizan en Yoga, ya que ayuda a relajar el cuerpo al principio de la actividad. El niño debe colocarse de pie con las piernas y los pies juntos, y con la espalda recta. Hay que tener los brazos en un ángulo de 90º con las palmas de las manos juntas delante del pecho. Una vez se consigue esta postura, se realizan varias respiraciones profundas.

El gato: Es una de las posturas clásicas de Yoga de las más divertidas para los niños. Para hacerla, se deben apoyar manos y rodillas en el suelo, y mientras se hace una inspiración profunda hay que levantar la cabeza y arquear la espalda hacia abajo. Después de unos segundos, se arquea la espalda hacia arriba y se acerca la barbilla al pecho mientras se exhala.

El perro: Con esta postura se estira toda la musculatura de la parte posterior del cuerpo. Se deben apoyar manos y rodillas en el suelo, y, mientras se inspira de forma profunda, se estiran piernas y brazos hasta que se forma una V invertida. Después de un momento, durante los que pueden relajar la cabeza mirando sus pies, se exhala y se vuelve a la postura de inicio.

El árbol: Es un ejercicio idóneo para estimular el equilibrio en los niños. Para realizar esta postura, se deben poner de pie con las piernas juntas y los brazos extendidos. Después, hay que flexionar la pierna derecha, apoyándola en la pantorrilla o en el muslo izquierdo. De forma opcional, si se tiene mucho equilibrio, se pueden unir las palmas de las manos y colocarlas en línea recta por encima de la cabeza. Se tomará aire por la nariz profundamente y se exhalará cuando se vuelva a la posición original. Después, se realiza la postura con la pierna contraria.

La montaña: Para hacer esta postura, hay que sentarse con las piernas cruzadas, la espalda recta y las palmas de las manos juntas a la altura del pecho. Al tomar aire por la nariz, se estiran los brazos por encima de la cabeza. Después de unos segundos, se bajan las manos mientras se exhala.

El niño: Esta postura consiste en imitar la posición de un feto en el vientre de la madre. Para realizarla, los niños deben apoyar las rodillas en el suelo, con los glúteos quedando apoyados sobre los talones. Una vez en esa postura, se estiran los brazos a la vez que se apoya la frente en el suelo.

La vela: Esta postura es de confianza y equilibrio, y seguro que muchos niños la han realizado antes sin saber que forma parte del Yoga. Se trata de una postura invertida, es decir, la cabeza estará más baja que el resto del cuerpo. Se utiliza para estirar la columna y fortalecer los abdominales. Para realizarla, hay que tumbarse boca arriba y subir las piernas dobladas hacia el pecho. Una vez ahí, se estiran hacia arriba, ayudándose con los antebrazos apoyados en el suelo.

La rueda: Con esta postura se estira la zona abdominal y el pecho, además de aumentar la elasticidad de la columna. Se empieza tumbados en el suelo, poniendo las manos a los lados de la cabeza mirando hacia la persona. Se empiezan a subir los glúteos poco a poco hasta que estén lo más redondos posibles. Si no se puede subir del todo, se sube hasta donde se pueda.

El indio: Es una de las mejores posturas para iniciarse en el Yoga. Sentado en el suelo, con las piernas cruzadas y encogidas, se estira la espalda, se cierran los ojos y se colocan las manos juntas en el centro del pecho. Se realizan varias respiraciones antes de dejar la postura.

La marioneta: Se utiliza para relajarse y liberar tensiones. Para hacerla, hay que colocarse de pie y, suavemente, se deja caer el cuerpo hacia delante sin poner resistencia. Si fuese necesario, se pueden doblar las rodillas.

El guerrero: Esta postura suele llamar mucho la atención de los niños por su nombre. Para su realización, se pone el cuerpo relajado de frente, después se gira la pierna derecha hacia ese mismo lado, se gira la cabeza y se estiran los brazos hacia el lado derecho.

La cobra: Es una postura que se recomienda para estirar los músculos lumbares y abdominales. Para realizarla, hay que tumbarse boca abajo y, después, se colocan las manos en el suelo a la altura de los hombros. Tras esto, se levanta el cuerpo estirando los brazos y curvando la espalda hacia atrás, además de dirigir la mirada a la zona del pecho.

La mariposa: Consiste en estar sentado en el suelo con las piernas flexionadas y uniendo las plantas de los pies. Después, se ponen las manos sobre los pies y se mueven las piernas hacia arriba y hacia abajo simulando el movimiento de las alas de las mariposas.

Postura de relajación: Se utiliza para finalizar la sesión de Yoga de forma tranquila y relajada. Para hacerla, hay que tumbarse en el suelo boca arriba, con las piernas y los brazos estirados y relajados. En esta postura no debe hacer tensión y se puede acompañar con algunos ejercicios de respiración. Además, se puede utilizar música relajante para conseguir el estado de relajación que se busca.

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