Cada año aumenta el número de personas que practica yoga, debido a que aporta muchos beneficios físicos. Gran parte de los beneficios están confirmados por estudios científicos y, gracias a ello, numerosos médicos aconsejan que se realice esta actividad con frecuencia, siempre estando adaptada a las características y necesidades de cada persona.
El yoga aporta gran cantidad de efectos positivos a nuestro organismo, los cuales favorecen la mejora de la calidad y esperanza de vida. Algunos de los beneficios más importantes son:
Refuerza músculos y huesos: Practicar yoga favorece el fortalecimiento de los músculos y, a su vez, evita que se almacene ácido láctico en nuestro cuerpo y también que se disminuya la flexibilidad. Al tener reforzada nuestra musculatura, aumenta la protección de nuestros huesos, se previenen lesiones y se evitan muchas enfermedades.
Además, practicar yoga también ayuda a reforzar los huesos y a retardar la pérdida de masa ósea. Asimismo, es esencial para la prevención de fracturas y lesiones, y favorece nuestra postura corporal.
Mejora la flexibilidad: Gracias a ésto, se consiguen evitar muchas lesiones. Cuando se empieza a practicar yoga, uno de los problemas más comunes es la falta de flexibilidad, pero con práctica y constancia irá mejorando considerablemente. A medida que esta flexibilidad aumenta, notaremos que cada vez serán menos los dolores musculares ocasionados por la tensión y las posturas incorrectas.
Disminuye el dolor: Cuando el yoga se encuentra bien adaptado a las características de cada persona, la mayoría de los dolores crónicos se ven disminuidos (artritis, fibromialgia, ciática, etc.).
Alarga la juventud: Algunos estudios afirman que el yoga puede afectar positivamente a nuestro ADN, consiguiendo así protegerlo del deaño y evitando cambios negativos que afectan al proceso de envejecimiento de nuestro organismo. Además, estos beneficios también pueden prevenir el deterioro cognitivo en relación con la edad.
Quema calorías: Además del beneficio estético, el yoga nos ayuda a tener nuestro cuerpo libre de sobrepeso y dentro de un estilo de vida saludable.
Favorece la respiración: Al practicar yoga aprendemos a respirar de forma consciente. Al aprender a respirar y controlar la respiración, favorecemos la oxigenación de nuestro organismo. Además, al realizar la respiración diafragmática, aumentamos la oxigenación de las células. Asimismo, cuando respiramos profunda y pausadamente, relajamos los músculos de nuestro cuerpo y frenamos el ritmo cardiaco.
Fortalece el sistema inmunológico y estabiliza el sistema nervioso: Al realizar yoga disminuimos los niveles de cortisol de nuestro organismo, hormona que se relaciona con el estrés, algo que se encuentra estrechamente relacionado a diversos problemas de salud. Cuando se disminuye esta hormona lo que se consigue es aumentar nuestra resistencia a gran cantidad de enfermedades.
Si combinamos posturas dinámicas de yoga con relajación, creamos una herramienta que nos ayuda mucho más a combatir el estrés. Además, realizando esta combinación también logramos estabilizar nuestro sistema nervioso.
Mejora la salud cardiovascular: Existen estudios que afirman que el yoga disminuye la hipertensión y los niveles de colesterol en sangre, lo cual hace que con el tiempo también se vea reducido el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Además, reduce el acúmulo de grasa en las arterias y disminuye la aparición de infartos, artritis y otras enfermedades.
Aumenta el estado de ánimo en pacientes con cáncer: Practicar yoga ayuda a mejorar el humor de las personas y a disminuir su ansiedad, depresión o estrés emocional, además de calmar el nerviosismo que pueden tener estas personas. También favorece la disminución de fatiga en supervivientes o en personas que tienen cáncer de mama.